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La periostitis tibial es una lesión típica del corredor, consiste en la inflamación del periostio o membrana que rodea el hueso de la tibia. Normalmente, se produce en épocas en las que el deportista aumenta las horas de entrenamiento y el impacto del pie contra el suelo y, como consecuencia, los músculos tibiales tiran continuamente sobre su inserción ósea, creando una vibración constante que acaba inflamando el periostio.

Se presenta en aquellos corredores que realizan demasiada carga en inversión (supinación) o eversión (pronación) o sobre el arco medial del pie. Una pisada incorrecta provoca un mal reparto de la carga que transmite desde el pie hasta la pelvis con cada paso que damos. Es más habitual con pisadas con exceso de pronación.

Aunque en algunos corredores esta lesión aparece por una técnica deficiente, la gran parte de los casos corresponden a la inadaptación del periostio y músculo a un volumen y nivel de entrenamiento elevado. Aunque existen periostitis tibial anterior y posterior, la anterior suele ser la más común, mostrando un dolor agudo en el tercio inferior, aunque a veces puede abarcar más superficie.

La periostitis es relativamente fácil de detectar, incluso uno mismo puede observar el día que sale a correr y en el momento del impacto del pie contra el suelo debe notar una ligera molestia en la zona, como una punzada, que poco a poco se va haciendo más molesta, llegando incluso a modificar la técnica de carrera y en los casos más graves molestando al caminar o simplemente subiendo escaleras.

La periostitis es más común en los corredores de pendientes positivas, en superficies irregulares y duras, también en corredores de fondo.

La palpación de la zona tibial realizada por un especialista permitirá la identificación exacta del dolor o algún tipo de irregularidad ósea. Una vez identificada la lesión, el tratamiento comienza con una disminución de la carga de la actividad física, reduciendo la intensidad del ejercicio y evitando cualquier entrenamiento de tipología fraccionada o marcado por ritmos.

La fisioterapia también interpreta un papel fundamental en el tratamiento de la periostitis, y por otro lado la aplicación de hielo durante 20 minutos, protegiendo la parte afectada con una tela para evitar el contacto directo con la piel.

La realización de un estudio biomecánico y de pisada, puede orientarnos a la hora de adquirir el material deportivo adecuado (zapatillas) y la utilización o no de plantillas personalizadas específicas con la finalidad de prevenir la periostitis tibial y otras lesiones similares.

En el caso de que el dolor persista, se tendrá que descartar mediante pruebas complementarias como las radiológicas o resonancias magnéticas en los casos más graves.

  • Evitar terrenos duros.
  • Incrementar la intensidad y el volumen de entrenamiento de forma progresiva.
  • Hacer estiramientos (sobre todo de gemelos y sóleo).
  • Valoración de la pisada y biomecánica del pie, si fuera necesario corregirlo por un especialista.
  • Entrenar el músculo tibial anterior.
  • Aplicación de frío si aparece cualquier molestia y consultar al especialista.
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Centre clínic del peu

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